Los saludos y el punto de no retorno

Esta mañana me he cruzado con una antigua compañera de colegio. Hacía varios años que no nos veíamos, unos 15, pero fuimos buenos amigos en la adolescencia. Nos hemos detectado desde lejos, caminábamos en sentidos opuestos y sobre la misma acera, por lo que el cruce era inevitable. A pocos metros, ha sacado el móvil y se ha refugiado en la pantalla de desbloqueo para evitar el saludo (o quizás ha checkeado rápido el WhatsApp, quién sabe). Yo tampoco la he saludado, es cierto, pero sí la he mirado durante los metros fatales a ver si había correspondencia. No la ha habido y cada uno ha seguido su destino.

No la culpo por lo sucedido, de hecho, me parece muy humano. Además, era lunes por la mañana. Pero volviendo a casa le he dado vueltas a la siguiente cuestión:

La última vez que nos vimos fue hace unos 15 años, ¿qué habría pasado si vamos acercando progresivamente la fecha de reencuentro casual desde entonces? ¿En qué punto el no-saludo pasa a sí-saludo? Si, por ejemplo, nos hubiésemos cruzado el año pasado en las mismas circunstancias, ¿habría habido saludo? Lo dudo, habrían pasado 14 años desde la última vez que nos vimos, lo cual sigue siendo mucho tiempo.

¿Y un encuentro fortuito hace 5 años? Eso reduciría la cifra desde la última vez a 10 años. Sigue siendo un tiempo gigante a escala humana, por lo que dudo que hubiésemos interactuado (pantallazo al canto por su parte). Vale, ¿pero entonces en qué punto sí hay saludo? Está claro que no podemos retroceder indefinidamente sin que haya un par de besos en algún momento, porque hace 13 años estoy seguro de que sí habría habido un cariñoso saludo (2 años sin vernos se toleran bien). Esto nos obliga a ir acotando la fecha cada vez más desde los dos extremos hasta que inevitablemente damos con un punto de no retorno. Un día a partir del cual dos personas que se saludan ya no lo hacen jamás. ¿Qué coño pasa ese día? ¿Por qué ya no hay saludo y el día anterior sí lo había? ¿Qué ha cambiado realmente en el inconsciente?

Retorciendo la situación, podríamos incluso tomar el día de no retorno como objeto de estudio y suponer que, dentro de dicho día, hay un instante concreto, una coordenada temporal, donde todo cambia, de forma que, si trasladamos la situación tan solo un segundo (o un cronón) antes o después de dicho instante, pasa de haber saludo a no haberlo. En ese momento, algo hace click en alguna parte, eso está claro, aunque no sepamos el qué.

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