Todavía no tengo decidido el propósito de este blog, así que voy a ir escribiendo y ya irá tomando forma. Es un proyecto que nace de forma un poco instintiva, sin un sendero marcado, pero siento que necesito pelearme con mis ideas, ordenarlas, y esta es la manera. Parto de inicio con dos normas claras, a partir de ahí, todo vale:
La primera norma consiste en ser tremendamente honesto conmigo. Nada de imposturas, nada de florituras y nada de contenido generado por IA (y si lo hay será bajo aviso). Todo lo que aquí sea publicado estará escrito por alguien real (lo cual no es poco en los tiempos que corren) que piensa de esa manera en ese momento. Cada frase y cada idea, aunque más o menos acertadas, serán fruto de mi pensamiento verdadero. El día que eso deje de cumplirse, cerraré el blog y lo volaré en mil pedazos.
Segunda norma, no voy a utilizar este espacio para difamar o manifestar opiniones faltosas contra nadie. Mis ideas podrán ser arriesgadas, disparatadas o absurdas pero jamás contendrán ataques y faltas de respeto (humor cabrón no cuenta). Si algún día me viese obligado de publicar un mensaje que traspasase alguna línea roja, dicho mensaje estará firmado con mi nombre y apellidos. He dicho.
¿Por qué un blog público y no un diario privado?
Por varias razones:
En primer lugar, escribir en público me obliga a pensar más. Un tablón digital como este es susceptible de ser leído por otras personas, y eso es suficiente para darle un par de vueltas a cada frase antes de publicarla. Escribir en público propicia la reflexión, la cual es una excelente actividad cognitiva.
A pesar de que la mayoría de mis intereses no tienen nada especial, sí tengo unos pocos no tan frecuentes (al menos entre la gente que conozco). Ya hablaré de esos intereses, pero es un poco tortura no tener amigos con los que hablar de algunas obsesiones. ¡Quién sabe si este blog me ayuda a contactar con gente con idénticas taras mentales!
En resumen:
Reflexionar en público me obliga a salir un poco de mi zona de confort mental y es un filtro poderoso contra el autoengaño y la falta de honestidad. Además, me puede ayudar a contactar con gente que quizás le interese lo que digo (más que hacerlo en una libreta de papel, eso seguro).
¿Por qué escribir de forma anónima?
Por prudencia inicial. No me gusta escribir bajo pseudónimo, pero es un entorno nuevo y requiere un proceso de adaptación. Tampoco pretendo ocultar mi identidad celosamente. A medida que publique entradas, es posible que sea sencillo dar con mi identidad por algún Sherlock que hubiese en la sala. No me preocupa, no tengo nada que ocultar, así que todo se andará.
contact@asympto222.com